top of page

Eso que llaman libertad

Foto del escritor: paupujol5paupujol5

Preguntarte qué es la libertad, o mejor dicho, en qué consiste, en realidad no es preguntarte nada sino un síntoma, una inequívoca señal de que algo, algo inconcreto, posiblemente una idea que acude a ti mientras pensabas en el universo, constriñe tu voluntad sin que te des cuenta…

Acto seguido quieres indagar más, claro, y satisfacer tu curiosidad con algún tipo de afirmación que, a poder ser, te arroje a la senda de los que creen en el libre albedrío: la libertad es un atajo a ti mismo, a tu rostro, a tu alma, a cada uno de tus sueños más remotos.

Entonces miras a tu alrededor. Miras atentamente, y en este atento mirar, como el que acaba de aterrizar a un planeta que no es el suyo, te ves rodeado de cosas que no tenías muy claro que en ese preciso instante te estaban rodeando: Ves una mesa de madera sobre la que descansan un viejo televisor, una tetera, un vaso, una cuchara y una especie de jarrón que imita a uno chino… Sigues contemplando, o más bien oteando el horizonte, allí donde la vista se topa con la nada, y ves unas cortinas, un sofá y un escabel que no estás seguro de haber usado nunca…

De repente hueles a incienso y crees que hay que enfocar la cosa de otra forma, tal vez de una manera más práctica… Sí, es cierto, has enumerado una serie de objetos… ¿pero qué diablos tendrá eso que ver con la libertad?

Y cuando por fin parecía que estabas a punto de dar con el quid de la cuestión, te acuerdas de que tienes hora al dentista y que luego además, si te da tiempo, quieres pasarte por el gimnasio. Empiezan a agolparse en tu cabeza, uno detrás de otro, todos los planes para esta semana… que si el cumpleaños de Francisco, que si llevar el coche al taller, que si comprar el vuelo a Marruecos, y comienzas a marearte, a sentir una náusea que no sabes bien a qué atribuir, si al exceso o a la carencia.

Crees que lo tienes en la punta de la lengua, pero entonces te llega un aviso al móvil de que un amigo de la infancia, al que por cierto hace años que no ves, está retransmitiendo en directo por facebook. Te entran unas ganas enormes de ver ese vídeo, aunque posiblemente dejes de mirarlo a los cinco segundos. Sí, sabes que no lo aguantarás más tiempo, pero aún y así una fuerza invisible te empuja a verlo. “ Todo sucede tan rápido”, piensas para tus adentros. Y te quedas satisfecho, creyendo que has estado a la altura del mismísimo Descartes.

Definitivamente, hoy no vas a dar con la respuesta. Tienes que salir de inmediato al dentista y no hay más tiempo que perder. No obstante, quién sabe si allí, tumbado en el sillón y con la boca abierta como si fueras a tragarte un coco entero, se den las condiciones idóneas para disertar sobre lo que es la libertad. En caso contrario, todo podrá achacarse a que las cosas suceden demasiado rápidas.

17 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Creado por Pau Pujol. Creado con Wix.com

bottom of page