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Delhi

Foto del escritor: paupujol5paupujol5

Actualizado: 5 sept 2019

Delhi, Delhi, Delhi… No sé el motivo por el que empiezo repitiendo tres veces el nombre de esta, aunque caótica, hermosísima ciudad. Será porque es en la paulatina y firme repetición donde reside la cadencia de todo lo que se ama pero a la vez duele.

Llegamos a Delhi apenas hace cuatro o cinco días pero, sin embargo, parece que ya hiciera más de tres meses. Las bocinas que suenan incesantes, el estrés que provoca el haber de cruzar una calle sin que ningún coche se digne a detenerse sino, como mucho, como en un acto de grandísima generosidad, a esquivarte, la abundante suciedad, la inmensidad, pero también la interesantísima cultura, la sabiduría de la gente, la deliciosa comida, el color, el cielo, la incertidumbre -esa pequeña Diosa a la que perseguimos- ,han multiplicado por cinco el tiempo aquí vivido…

Llegamos un jueves a las 05:00 de la mañana… Al salir del aeropuerto hacía un calor asfixiante – creo que era más asfixiante por el mero hecho de ser de noche, cuando presuponíamos que tenía que bajar la temperatura- Nos dirigimos al metro, acalorados y algo aturullados por la avalancha de taxistas y conductores de auto ricksaw que vinieron a ofrecernos sus servicios, dirección a Kovhat Enclave, el lugar donde nos esperaba nuestro amigo Gaurav.

Ir en metro fue fácil – quizá es de lo más fácil que pueda hacerse en Delhi- Estábamos esperanzados, venidos arriba gracias a nuestra “inmensa proeza” (sin una tarjeta SIM y sin preguntarle más que a dos personas, llegamos a casa de Gaurav, nuestro amigo de CS) Llevábamos casi 24 horas sin dormir pero eso no importaba, nuestra proeza nos había dado alas. Solo queríamos visitar la ciudad. Lo demás, el sueño acumulado y el cansancio, eran meros gajes del oficio. Error: la impaciencia, lejos de mejorar la experiencia, la licúa.

Aquel primer día fue un cúmulo de despropósitos… ¿el mayor? Montarnos en un ricksaw en Old Delhi por 20 rupias (apenas 24 céntimos) y que el conductor pretendiese cobrarnos 20 euros… Después de negarnos varias veces a pagar y de decirle que íbamos a llamar a la policía, terminamos soltando unas 200 rupias (algo más de dos euros) La escena fue patética… Sé que la justicia solo es un punto de vista y que lo que para uno es justo, para otro puede no serlo -las circunstancias cambian-, pero es que aquello fue excesivo, la gota que colmó un día demasiado ajetreado.

Por suerte, aquel día (al que yo denomino la vacuna) acabó. El segundo fue distinto, pues dio paso a todo lo bueno, que es lo que en verdad se esconde tras esa Delhi caótica e incontenible que nos recibe al pisar por primera vez sus calles. Gaurav nos hizo de guía de excepción, mostrándonos lo fascinante que es su ciudad pero también, sin ser consciente de ello, la increíble persona que es él… Nos explicó tantas cosas… ¡y con tanta pasión! Entre muchos otros monumentos visitamos el templo “Gurdwara Bangla Sahib”, lugar de culto para los Sij… Nos dijo que el sijismo es una religión relativamente reciente fundada por guerreros durante el conflicto del sigllo XV entre el ilamismo y el hinduismo. Los Sij llevan un turbante en la cabeza con el que se cubren el cabello, el cual, por cierto, como símbolo de respeto a la naturaleza, no se cortan nunca. Son personas extremadamente solidarias que, más que en un Dios, creen en la energía de cualquier ser vivo. ¿No debería ser siempre así?

Ahora mismo estoy escribiendo todo esto desde el tren -camino a Jaipur, la denominada ciudad rosa-, sentado en un asiento en el que casi no tengo espacio ni para moverme… De vez en cuando miro por la ventana y me topo con el mismo paisaje: árboles, vacas sobre el asfalto del pueblo de turno, y también alguna que otra sucesión de barracones. Veo todo eso – los árboles, las vacas y los barracones- , y algo, no sé el qué, me atrae como un potentísimo imán.

Solo tengo miedo de una cosa. De terminar enamorándome de esta pobreza, de estos paisajes a veces demasiado desoladores… ¿Es posible amar lo que está henchido de infortunio?

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2 Comments


Carlos Garcia Rivero
Carlos Garcia Rivero
Jul 31, 2019

MUY BONITO RELATO ME HIZO ACORDARME DE UN LIBRO ( MEMORIAS DE UN VIAJE ) QUE ME PASÓ MI PADRE , ESTARÉ ESPERANDO EL SIGUIENTE , SALUDOS

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Patricia Cacho
Patricia Cacho
Jul 30, 2019

Guau admiro tu capacidad de descripción, casi consigo teletransportarme a Delhi con vosotros!! Seguro q es de las mejores experiencias de la vida. Seguid disfrutando y contandonos por favor!!!

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Creado por Pau Pujol. Creado con Wix.com

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